Suelo ser muy cuidadosa de no reproducir
mensajes de alarma en redes sociales si no los he verificado antes (es una
herencia de mi experiencia como periodista: confirma la información). La gran
mayoría de las ocasiones, las alertas sobre posibles nuevas formas de secuestro
o los niños perdidos son casos que o son falsos o ya fueron resueltos. Incluso
me he encontrado con denuncias que fueron levantadas hace años y el niño o niña
ya apareció. Por eso mismo me conmocionó lo que pasó con el niño Ricardo Ruiz
Sánchez, que desapareció en Querétaro el pasado miércoles 6, por lo que se
emitió la Alerta Amber (un protocolo internacional que se activa en casos de
niños desaparecidos) y gracias a eso fue encontrado, afortunadamente, la
madrugada del jueves 7.
Lo más importante es que el niño está bien,
pero tras el alivio inicial me vino un pánico aún mayor al saber la manera en
la que fue encontrado: acompañado de un adulto –de nombre Héctor Hernández
Rivera-, que lo llevaba en un tren de carga con destino ¡a Veracruz! Lo peor de
todo es que las autoridades no han proporcionado mayor información sobre el
caso. La pregunta que me surge es: ¿para qué quería este señor al niño? Y no
hablo de conjeturas, porque nos podemos hacer telarañas en la cabeza y dar mil
ideas espantosas; yo realmente quisiera saber con qué objetivo este individuo
decidió llevarse al niño, porque eso, para empezar, permitirá poner atención y
rascarle a un problema que puede ser bastante grave como tráfico de personas,
explotación, prostitución y todo lo espeluznante que se puede asociar con estos
temas. Si llevaba el niño para venderlo, la pregunta inicial es: ¿a quién?,
para después indagar con qué fin. Enseguida, y creo que esto sería lo más útil
para la sociedad en general, se debería difundir la forma en la que atrajo al
niño. ¿Qué le dijo? ¿Cómo lo engañó? Tenemos que saber cómo operan esta clase
de personas para seguir haciendo conciencia y prevenir. Los niños deben estar
preparados desde muy pequeños para enfrentarse a situaciones engañosas porque
cada vez son más las amenazas, ya sea en la calle o por internet.
Al pensar en cómo prevenir algo así, dada la tendencia natural de los niños a confiar, se me vino a la mente el video de la campaña “Sweet Trick” (“Engaño dulce”), lanzado por la Unicef para hacer conciencia sobre el riesgo que corren los niños cotidianamente de ser víctimas de algún acto de pedofilia. En él participó un hombre totalmente cubierto de algodón de azúcar (lo cual, por supuesto, impedía ver su cara o saber de qué se trataba) que con solo caminar por en medio de un parque a plena luz del día, se volvió un imán para muchísimos niños que, sin dudarlo ni un poco, se acercaron a tomar un trozo del caramelo. En cierto momento, el hombre-golosina le entregó volantes a los padres de los niños, en los que se leía: “Así de fácil es para un pedófilo atraer a un niño. Estemos alerta”. Los padres, como yo, se quedan en estado de shock, porque ni siquiera ellos desconfiaron de un sujeto de apariencia literalmente tan dulce e inofensiva. Quien quiera verlo (y, por favor, compartirlo), el video se encuentra en el canal de UnicefChile en Youtube con el nombre de “Unicef – Sweet Trick”.
Al pensar en cómo prevenir algo así, dada la tendencia natural de los niños a confiar, se me vino a la mente el video de la campaña “Sweet Trick” (“Engaño dulce”), lanzado por la Unicef para hacer conciencia sobre el riesgo que corren los niños cotidianamente de ser víctimas de algún acto de pedofilia. En él participó un hombre totalmente cubierto de algodón de azúcar (lo cual, por supuesto, impedía ver su cara o saber de qué se trataba) que con solo caminar por en medio de un parque a plena luz del día, se volvió un imán para muchísimos niños que, sin dudarlo ni un poco, se acercaron a tomar un trozo del caramelo. En cierto momento, el hombre-golosina le entregó volantes a los padres de los niños, en los que se leía: “Así de fácil es para un pedófilo atraer a un niño. Estemos alerta”. Los padres, como yo, se quedan en estado de shock, porque ni siquiera ellos desconfiaron de un sujeto de apariencia literalmente tan dulce e inofensiva. Quien quiera verlo (y, por favor, compartirlo), el video se encuentra en el canal de UnicefChile en Youtube con el nombre de “Unicef – Sweet Trick”.
Para el pequeño Ricardo, la Alerta Amber
hizo la diferencia y permitió que fuera devuelto a sus padres antes de salir
incluso del estado. Bien por la ciudadanía, ya que fue una llamada anónima la
que permitió saber que un hombre sospechoso había abordado un tren en Hércules
acompañado de un niño, y bien también por las autoridades, que no desestimaron
la denuncia y actuaron inmediatamente
para alcanzar el tren, que ya se encontraba en el municipio de Pedro Escobedo. Sin embargo, ¿cuántos casos más habrá que no
se solucionan y que se pudieron prevenir con una adecuada información? ¿Cómo
estar preparados?
Espero que pronto salgan a la luz otros
datos que permitan definir qué pasó exactamente, para así tener herramientas
que nos permitan prevenir este tipo de casos y cada vez menos familias deban
enfrentarse a una situación de esta naturaleza, que definitivamente pone los
pelos de punta tan solo de imaginarla.
*Publicado en El Mosquito el 10 de noviembre
**Imagen tomada de internet.
**Imagen tomada de internet.
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