10 de diciembre de 2013

Como perder en propia cancha

Muy triste lo que pasó el viernes. No necesitábamos otra señal de fracaso, de que entonces no se puede y no hay para dónde hacerse, pero perdió la Selección y yendo más allá del asunto meramente superficial, la verdad sí creo que necesitábamos algo que nos diera aunque fuera un gustito ante tanta división y encono, ante un mar de opiniones divididas en un sinfín de temas que no acabamos de comprender pero que discutimos como quien defiende la vida. Ante ese desgaste hacía falta algo que nos hiciera sentir tantito alivio. Pero no se pudo y ahora todo se ve lluvioso y gris (también literalmente) y para colmo de males este fin de semana, además, hubo “gasolinazo”. Total que ya nos cansamos de recibir goles y nomás no anotar. Esto es precisamente como perder un partido ante Honduras en el Azteca: indignante, doloroso, frustrante y generador de mucha impotencia, porque así como no podemos rifárnosla y meternos a jugar a la cancha en lugar de cualquiera de esos 11 troncos, tampoco podemos meternos al juego donde se toman las decisiones que nos afectan y nos afectarán, porque lo peor está por venir.
Ya se aprobó en “fast track” la reforma educativa, causa de la inconformidad de los miles de maestros de la CNTE que tienen loco al D.F. y que está generando ya escaladas de violencia hasta ahora verbal en redes sociales donde parece ser que hay dos bandos: los ciudadanos afectados (o no) por los manifestantes y los que defienden el movimiento magisterial. Unos a otros se acusan de intolerantes, de vende patrias, de irracionales.  Y mientras tanto el presidente se placea en Rusia, haciendo alarde de las reformas que ya da por hechas ante el G20 (¿será que ya las negoció? Naaaaaaaaaah, ¿cómo creen?).
Se vienen las reformas energética y financiera… Se prevé un aumento del IVA y la adición de este impuesto a los alimentos y las medicinas. Coparmex, muy amablemente, ya salió a querer plancharle el camino a esta iniciativa, incluso presentándola como su “propuesta”. Ah, pero que sí “porfitas” a los empresarios les quiten el IETU.
Ciertamente tanta incertidumbre se nota. Ante un panorama de reformas que pueden provocar reacciones diversas y escabrosas en tantos aspectos no debería extrañarnos que en los últimos ocho meses hayan bajado algunos de los indicadores más importantes de la economía: la expectativa de crecimiento del PIB, la generación de empleos y la inversión en “infrachstuchchur”, como dirían por ahí. El primer semestre de 2013 fue desastroso en cuanto a resultados… ¡y falta lo peor!
No lo digo porque quiera ser ave de mal agüero, sino porque todo cambio necesita su tiempo de ajustes, pero ahorita el horno no está para bollos. Si así se pusieron las cosas con una reforma que afectó únicamente a un sector que decidió salir a las calles para exigir ser escuchado, ¿qué va a pasar cuando la gente se dé cuenta de la magnitud de lo que está discutiéndose ya en calidad de casi aprobado? ¿Cuando se entere, por ejemplo, que la reforma financiera permitirá el arraigo del deudor? (O sea, que si le debes a un banco, y éste teme que no le pagues, puede pedir que te arraiguen en tu casa hasta que cubras la deuda). ¿Qué harán si efectivamente aplican impuesto sobre los alimentos y las medicinas? ¿Qué nuevos bandos de detractores y seguidores se conformarán? ¿Cómo y en qué tono defenderán sus ideas?
Ya ni siquiera hay espacio para el diálogo. Me preocupa que hasta el futbol sea motivo de división. Unos molestos con el seleccionado nacional, otros molestos con los que hablan de futbol que porque no ponen atención a lo verdaderamente importante, otros más molestos con todos. Y mientras nosotros no nos ponemos de acuerdo, el Ejecutivo y el Legislativo parecen estar más unidos que nunca. Total, que el pueblo siga haciéndose pedazos.
Aprendieron muy bien aquella máxima que dice: divide y vencerás. Por eso hoy estamos vencidos por un adversario que con poco menos que nada se lleva el triunfo con un nada honroso 2 a 1… y en nuestra propia cancha. Si el vestidor sigue sin ponerse de acuerdo, el director técnico es lo de menos. Finalmente en este juego quienes mandan son la Asamblea de Dueños y la Federación y lo que a ellos les importa es ganar dinero a costa de los que están en el campo, ganen o pierdan. Y ya vimos que nos está tocando perder.


**Publicado el 8 de septiembre en El Mosquito 

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