5 de enero de 2005

the spotless mind...

mi hermano está mal... muy mal... no sé cómo ayudarlo... tan lejos!!! y yo aquí... no hay mucho por hacer... hay que esperar... esperar... mientras tanto el pobre se debate entre la cordura y la locura y tiene miedo, mucho miedo... asì como yo, que no me puedo imaginar la vida si él no vuelve con bien de ese tren en el que se subió... no más pastillas, no más pastillas, por favor... dejémosle vivir su vida sin dolor... quiso escapar porque no encontraba dónde esconderse... y yo no fui suficiente... soy una cobarde, y he aquí que les doy mi testimonio: soy cobarde, porque nunca me atreví a invadirlo, aún sabiendo que se estaba haciendo un mal irreversible... porque preferí concederle el beneficio de la duda y ahora ya no hay camino de regreso... porque de nada sirve estar aquí, llorando su pena, si no fui capaz de intervenir... porque soy débil, porque creí que éramos más fuertes, porque le negué el derecho de vivir feliz... ya conocen ahora la cruz más pesada de quien les escribe...

4 comentarios:

Anónimo dijo...

No creo que te vaya a decir algo que tu no sepas, pero cada quien es forjador de su propio destino, y todo lo que haz logrado?, no vale?, mucho ayudas a tu familia no siendo un problema, tu hermano tiene 20 años y solo te queda una cosa, antes de sentarte a llorar y llamarte cobarde, CONFIAR EN EL BUEN JUICIO DE TU HERMANO, y por supuesto darle todo el apoyo que le puedas ofrecer, tampoco puedes llegar a resolverle la vida..!! Echale muchas ganas!!

Anónimo dijo...

d'accord

Anónimo dijo...

El dolor que sientes por tu hermano es real y me parece saludable que dejes que se manifieste en vez de reprimirlo. Sin embargo, hay que tener cuidado con la culpa. La culpa se engendra en un "yo debería" o en un "debí haber", que son inexistentes porque no sucedieron. Lo que no sucedió, no sucedió y punto, no podemos controlarlo. Por otro, lado cado uno somos dueños de nuestra vida y tu hermano debe derivar alguna enseñanza existencial a partir de sus elecciones de vida: no hay elecciones buenas o malas, todos son caminos, más o menos sinuosos que llegan al mismo destino: la luz eterna del amor. Para decirlo de otra manera: una vez que un río desemboca en el océano, se asimila a la inmensidad, sin importar si es El Nilo, El Bravo, El Sena o algún modesto riachuelo. Lo que sí puedes controlar es tu presente. Y en este presente puedes generar las alternativas que desees. Una de ellas podría ser cómo seguirle manifestando a tu hermano tu enorme amor y apoyo hacia él, sin importar si es el mismo que conociste o alguien que se ha transformado en quien hoy es. Es ésta faceta nueva y aún parcialmente desconocida de tu hermano con la que debes lidiar. La otra, la risueña versión del pasado, ya está inscrita en tu corazón. Falta ver cómo incorporar a la nueva en tu esencia existencial.

Mademoiselle Peligro dijo...

Gracias por su apoyo... de verdad hay veces que uno siente que el mundo se le viene encima y entonces la ayuda llega muchas veces de lugares insospechados... gracias de verdad...