pues resulta que el viernes fui a la Ciudad de México y tuve que viajar en el metro... para muchos de los habitantes de la Ciudad es una necesidad fastidiosa y estresante, pero cuando uno no es capitalino se puede tomar la libertad de vivir la experiencia de una forma analítica y hasta cierto punto divertida...
a las 9.50 de la noche subí a la estación del metro Central de Autobuses, dispuesta a transbordar en la siguiente estación (La raza)... tuve suerte y había un lugar, me senté y frente a mí había una niña muy bonita, como de 15 años y me dije 'mira, qué bonita niña punk'... y cuando vi ya me había pasado una estación... con toda la vergüenza que puede sentir uno consigo mismo (creo que las chicas no pierden la estación por ir viendo a otras chicas) bajé del metro, subí las escaleras, bajé las escaleras, y tomé el vagón de regreso... metro la raza (ahora sí estuve atenta de que no se me pasara) y ahí a trasbordar... subí las escaleras, pasé por el largo pasillo de la ciencia (algo así) y conocí Cabo Catoche, una galería de fractales, la bóveda celeste en luces neón, la constelación de cáncer, el polen de margarita visto bajo un microscopio, Júpiter en radio, un feto de 19 semanas y una cebra... todo en dos minutos (tiempo cortesía de Perfect Time)...
en fin, bajé las escaleras y subí a un vagón para trasladarme a la estación Hidalgo (donde me correspondía el siguiente trasbordo) y ya instalada (me tocó parada junto a la puerta) me di cuenta qué fría y dura es la realidad de subir a un vagón lleno de zombies... no había palabras, ni sonrisas, ni nada, todos como mirando al vacío y yo, queriendo que no se me notara lo fuereña, me dispuse a hacer lo mismo... en esas andaba, viendo un anuncio de Pedigree Cachorro donde aparece un simpático cachorro de Pug (si vieron MIB II, es el perrillo ese que sale cantando I' will survive)... en fin, iba viendo al simpático cachorrito cuando bajé la mirada y entonces noté que un señor de apariencia afable me sonreía (cosa extraña porque en el metro nadie sonríe) entonces, le contesté cortesmente la sonrisa (digo, un gesto amable en una región completamente hostil debe reconocerse) y luego miré de nuevo el letrero del pug... miré de nuevo al señor... de nuevo al pug... y al volver la vista al señor no pude evitar reír a carcajadas... ¡¡¡ el señor era idéntico al pug!!!!!!!!! con esos ojos enormes, la nariz chata, con papada y cachetón!!!!!! claro que Mr. Pug no se dio cuenta dé mi comparación y a lo mejor pensó que le estaba coqueteando porque de ahí no dejó de mirarme y sonreírme... en fin... Mr. Pug bajó dos estaciones antes que yo y el resto del trayecto me entretuve viendo a unos novios que fajaban junto a un anuncio de 'Simi Condón' (jajaja espero que ellos también lo hayan notado
Bajén en estación Hidalgo, subí las escaleras, bajé las escaleras y tomé la dirección Taxqueña... a las 10.30 pm subí al vagón y aquí era un poco diferente al frío vagón de los zombies... estos zombies al menos sabían reír, algunos platicaban, en fin, todo un mundo de diferencia... en alguna estación (no recuerdo cual) subió un chamaco de unos 8 años a vender chocolates ferrero rocher... la particularidad era que el mozalbete este estaba enfermo de la gripa y vendía más ó menos así: buenas -achú noches -achú, le venimos -achú ofre-achú ciendo -achú-achú-achú chocolate -achú-achú ferrero -achú rocher a -achú-achú-achú diez -achú pe-achú sooooooos -achú!!!! jajaja pobre criatura! en fin, se fue sin vender un solo chocolate (creo que muchos pensaron en el riesgo de contagio)... pobre...
entre la estación San Antonio Abad y Chabacano presencié un bonito beso de lengüita entre unos novios que echaban pasión, así nomás, ahí a la vista de todos... no es que me precie de ser conservadora, pero dicen que de ver se antoja y pues ya andaba yo babeando y mejor me volteé a ver que más encontraba... alguna gente leía y entre los títulos que alcancé a descifrar estaban 'El Caballo de Troya' y 'Amberes'... amí no me hacía falta leer historias porque junto a míiba nada más y nada menos que la mismísima Bella Durmiente, con baba y todo, y me sentí reteimportante y dije: 'en cualquiera de'stas llega el príncipe azul a besarla y pues igual se confunde y me toca a mí ñaca ñaca'... en esas iba cuando nos tocó que el metro pasara por afuera (uta, o sea, que las estaciones no eran subterráneas) entonces iba entretenida con los espectaculares y la publicidad y alcance a ver: 'Coahuila presenta: urna electrónica (para votar)'... y a mí me pareció como un cajero automático donde uno va y deposita sus ideologías y retira las desesperanzas pero en fin... a ver hasta donde llegan las intentonas de los coahuilenses...
nos acercamos al final del camino y ya el vagón está mucho más vacío, silencioso y tranquilo... reparo en que ya me dio sueño y en que me duele el costado izquierdo... todavía me quedan energías para descubrir un anuncio del WTC donde se lee: 'escenografías colonial y selvática en tu evento. WTC'... qué risa... a las 10:52 llegamos al fin... una hora y 360 escalones después (el que no me crea, que los cuente) ya estaba yo en la salida del metro Taxqueña, donde me encontré con mi mejor amiga, Lizzette, quien me dio asilo por una noche y con quien tuve el placer de reencontrarme para ponerme al tanto de su vida y platicarle, como a ustedes, de la mía... en cuento al metro... el sábado volví a subirme, pero ya no fue igual... eran las 7 a.m. y todos iban dormidos...
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