17 de enero de 2005

palomitas...

Hoy, a la hora de comer, fui a un restaurante vegetariano cercano a la oficina, no tenía mucho tiempo, así que me apresuré y entré a pedir lo primero que me ofrecieran.
La comida corrida fue la opción más fácil y me dispuse a disfrutar mis sagrados alimentos. Esto de comer sola la verdad a mí no em gusta, sobre todo porque una persona muy cercana a mí solía decirme: 'yo creo que esas personas que van solas a comer ha de ser porque no le caen bien a nadie'. Ni modo, con ese estigma de la mala ondez me senté cerca de la puerta a esperar que me atendieran. Entonces, una paloma aventurera se acercó a husmear... entró sigilosamente, paso a pasito, así como caminan sigilosamente las palomas (no se hagan, las han visto) y entonces se acercó a mí y me miró... bueno, en realidad estaba mirando el pan que yo tenía en la boca, pero seguro que algo quería de mí... entonces, le arrojé una migaja y se la comió... otra, y se la comió... y seguía ahí, como esperando más comida... en eso llegó el segundo plato y la mesera, sin quererlo, espantó a mi nueva comensal... en fin, yo comía con la paloma y pensé que era muy agradable tener alguien con quien compartir la comida... entonces, ya que se fue la mesera arrojé otra migaja a donde antes había una paloma... ahora había cinco más!!! entonces me dije: 'segurito ahorita me corren por andar de bondadosa', pero no, la propia mesera lanzó unas sobras de pan a las palomas, que disfrutaban, como yo, del festín vegetariano. En fin, me decidí a hacer una asociación pro-sana-alimentación de las palomas y decidí lanzarles unos cuantos granitos de arroz... oh sorpresa!!! a las palomas no les gusta el arroz vegetariano... frustrados mis intentos de variar el menú, continué arrojando migajas de pan integral a las palomas, que me habían dado el gusto de no sentirme sola... y me di cuenta de que otros solitarios comensales , como yo, alimentaban a las palomas...
Claro que como en toda historia no podía faltar el villano del cuento, y un señor, de botas y pantalón vaquero (no, no era Fox) llegó y al grito de 'ámonos!!!!' hizo un revoltijo de plumas y palomas... las pobre salieron, chocando unas contra otras y ahí quedamos, los comensales, la mesera y yo con nuestras migajas y volvimos a la no muy divertida labor de darle fin a nuestro plato de croquetas de zanahoria...

1 comentario:

Anónimo dijo...

Tiene mucho que no te dejo un comentario, porque honestamente a veces no se que decirte, pero quiero que sepas que estoy muy al pendiente de tus historias, es muy interesante leer tu vida, sabes?...

Una vez me lo dijiste, "no cualquiera sabe escribir", pues ademas de saber escribir, sabes como hacer que las personas se interesen en el tema(bueno, solo hablo por mi)..

TQM :Þ