“Esta calle no tiene nombre, pero a mí me gusta decir que vivo en la calle de la Alegría, casa número uno”.
Así habla Don Juan Vera, vecino de la colonia Colinas de Santacruz, mientras señala la pendiente de 300 metros de terracería que él y su esposa, con sus propias manos, limpiaron para poder tener un acceso a su vivienda.
Don Juan Vera y su esposa Clementina Santacruz viven justo a un lado del Panteón de la colonia Colinas de Santacruz, al noroeste de la ciudad.
Como Doña Clementina también sufrió bajo el sol para poder tener su calle, reclama su derecho y da su opinión sobre el nombre que le deberían poner.
“Yo he oído que a las calles les ponen el nombre del primero que llega a vivir ahí, debería llamarse entonces calle 'San Juan', se oye bonito: calle 'San Juan'”.
Pero Don Juan Vera tiene la última palabra.
“Ya, deja eso tú, es calle de la Alegría, ya así está bien, se oye bonito y me gusta, así déjalo… la calle la abrimos entre mi esposa y yo con pico, pala y marro”.
“¡Y barro!”, completa Doña Clementina, quien se mantiene atenta a la plática mientras prepara nopales tiernos para la comida.
Don Juan le extendió una invitación a Armando Rivera, el Presidente Municipal, para que visite la calle de la ‘Alegría’ y conviva con la gente de los alrededores.
“Yo quisiera platicar con el mero Presidente y decirle en sus narices qué se hace y qué se tiene, que venga en tiempo de aguas pa’ que vea lo que es bueno, qué sabroso es bajar aquí, nosotros somos pobres, si yo tuviera dinero ¿a poco viviría así?”.
El pavimento no es lo único que hace falta en la colonia Colinas de Santacruz. No hay drenaje ni servicio de limpia, así como tampoco hay seguridad.
Don Juan Vera sube la voz, a pesar de que ya la tiene muy lastimada por un enfisema no atendido, y habla del apoyo que el Gobierno les ha negado.
“No recibimos ninguna ayuda del Presidente Municipal, esta calle yo la abrí, el Gobierno ni cuenta se da de las cosas que necesitamos, todos pobres, nos tienen en el olvido, pero para cobrar, para los recibos de luz y agua son muy puntuales”.
Con sus manos deformadas por la artritis, Don Juan gesticula excesivamente mientras descarga a borbotones su opinión sobre la actuación del Gobierno en su colonia.
“Yo quisiera que el mero, mero que se encarga de Querétaro que se pasee pa’ que vea cómo estamos… hágame favor, en tiempo de aguas, qué trabajos, qué trabajos para bajar en mi triciclo… de mi parte pienso: el Gobierno, pa’ los ricos, hay ayuda, pa’ los pobres, nada”.
Don Juan –quien cuenta ya con 62 años de edad- dice que le gustaría tener la oportunidad de hablar con las autoridades para explicarles sus carencias y decirles que desde su posición no se nota un verdadero interés por la justicia social.
“No hay una consideración con nadie, que ellos tengan consideración con la ‘pobrería’ nada, yo quisiera que hubiera una junta pública y yo hablaría con toda verdad, que el Gobierno nada más lo que quiere es fregarnos, ah pero no fuera una colonia nueva, ahí ponen pavimento, banquetas, ¿Por qué? porque ahí van a vivir los ricos, el Gobierno sí los ayuda a todos los ricos y millonarios y con los pobres ¿cuándo hacen algo?”.
Don Juan y su esposa se sostienen del sueldo que gana como jardinero, consistente en 250 pesos a la quincena, pero aún así no se amedrenta y dice que mientras se sienta ‘macizo’ seguirá trabajando hasta que llegue el fin de sus días.
Es al hablar así cuando Don Juan por fin se serena, mira hacia el panteón y, señalándolo, emite una sentencia que lo mismo dirige a gobernantes, vecinos, amigos y enemigos.
“Mire, de todos modos, aquí Juan Vera los estará esperando, en la ‘casa de todos’, donde todos nos emparejamos”.
Versión sin censura de una nota mía, publicada en a.m. y que, debo decir, me gustó muchísimo hacer... Don Juan es todo un personaje...
2 comentarios:
Pues si, lamentablemente el señor tiene razon, muchas veces el gobiernose preocupa mas por asuntos "importantes", pero no se detienen a pensar que ellos estas para servir a "Juan Pueblo", y creo que Don Juan es mas pueblo que las nuevas residencias, espero que algun dia las cosas cambien, para todos aquellos que no tenemos una "palanca", y que finalmente los politicos y los importantes cargos de gobierno se pongan a trabajar, en lugar de ver como aumentan el sueldo que se les paga.
Triste realidad. Pero mientras el 'small guy' no tenga una voz propia, y no solo eso, una pesada voz propia, el que la tenga será escuchado.
Finalmente, ¿quién tiene más influencia ante medios y masas: Don Juan Vera o la gente que habitará la nueva colonia pavimentada y con banquetas?
Los medios tienen que empezar a desviar su oído un poquito y escuchar hacia otros lados y, al mismo tiempo, evitar su discurso panfletario en el que la mayoría cae fácilmente al despotricar en contra de sus gobernantes y servidores públicos.
Me interesa leer la versión 'censurada'. Resulta entretenido darse cuenta de cómo, eliminando unas cuantas frases y sin cambiar una sola palabra, el sentido de todo el texto puede cambiar.
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