quiero invitarlos a hacer un tipo de cadáver exquisito...
en los 'comments' les voy a dejar el inicio de una historia y cada quien escribirá tres ó cuatro renglones para continuarla... no se vale entrar más de una vez, eeeeh?
Me encanta esta idea de poder crear CON ustedes, y no sólo para ustedes.
11 comentarios:
La caja de cereal estaba vacía. Vaya manera de comenzar el último de sus días.
Le bastó mirarse al espejo para comenzar a reír.
En voz alta, se dijo...
"¿Hace cuánto que no sales de esta pocilga?"... Seguramente e afeitó y puso el traje blanco, ése que había mandado sagradamente cada domingo a la tinotrería, aún sin usarlo. Prendió su tabaco y se dispuso a salir...
El ruido de la calle lo emocionaba. "¡Taxi!, ¡Taxi!" gritó mientras recordaba a su primogénito...
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...tenía esa sensación de saber lo que se quiere, pero estaba petrificado por sus recuerdos. sabía que lo que había hecho, no lo podía remediar, se dirigió a la antigua casa, temeroso...
alzo la vista y sabia bien los nervios que se le movian... tantos recuerdos de aquel lugar.
Tiro su cigarrillo, y con una furia desenfrenada corrio, con un grito desesperado hacia las 3 escaleras que daban a la puerta, choco contra esta y la tiro, callo con ella en el interior....
... Mientras entraba en pánico, giró hacia el norte, y caminó hacia la luz...
… y dijo “Voy a apagarla… no tengas miedo y sal despacio del closet”.
La luz fue apagada y el sonido de una puerta y el asqueroso tufo de carne muerta le avisó que su primogénito, el no-muerto estaba frente a él.
Con una VOZ casi apagada como de niño perdido empezo a cantar muy despacio como un rosario
"Tengo Razones... Razones de Sobra para pedirle al viento que vuelbas aunque sea como una sobra...Razones Para Buscarte...Para no poderte olvidar"
Lo que siempre cantaba cuando sentia que no podria mas...
Pero no le gustaba esa sensación de derrota, no en su último día, no rasurado y vestido.
A oscuras (para no ver manchado su traje blanco), levantó la puerta, púsola en su lugar y tomó el cuchillo más largo y puntiagudo que encontró en la cocina.
(pues siempre se ha de cenar bien el último día de nuestra vida). Lo tenía todo planeado; se limpió los labios con la servilleta, se levantó de la silla y abrió ceremoniosamente la ventana. El viento lo despeinó, las luces de la ciudad tendidas. Era el momento. Corrió hacia el otro extremo de la habitación y entonces se aferró al trayecto para dar el salto. La muerte llegaría en la baqueta soitaria. Pronto se halló como una gaviota en picada, y cuando el vértigo ya le había arrancado media vida, el hombre se elevó sobre los autos. Abrió entonces los ojos y se descubrió volando.
Y fue entonces cuando despertó, ahogando un grito y bañado en sudor. ¿Había sido todo un mal sueño? Y si fue así; porqué le parecía tan real el cigarro de la mañana, el traje blanco, la puerta derrumbada y el bocadillo con mayonesa?De repente, lo recordó todo....
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