6 de febrero de 2008

reencuentros

De niña yo era algo así como Olive, el personaje de Little Miss Sunshine. No tengo una foto a la mano, pero juro que se las mostraré. Usaba unos grandes lentes de pasta que abarcaban algo así como el 70% de mi rostro, tenía mi cabello lacio y me gustaba bailar. No tenía un abuelo drogadicto, ni un hermano mayor, pero pues al menos físicamente cada que veo a esa niñita me acuerdo de mí.
Hace poquito, gracias a un trabajo en la maestría, pude recordar que me gustaban las faldas con 'vuelo' y dar vueltas, muchas vueltas, para que las faldas se levantaran. Qué exhibicionista jajajaja... Me recordé con mis vestidos, mis juegos de niña. Un vestido verde que tenía estampada una paleta. Era mi cumpleaños número 6 y mi papá me regaló un oso de peluche gigante (no tan gigante, pero era yo tan pequeña!) y lo llamé 'Charly'.
La cosa es que no sé dónde quedó esa parte de mí. Se escondió abajo de costras, de rencores. Se puso pantalones y un caparazón y dejó de ser así, como era...
Lo bueno es que ya volvió, está de nuevo aquí, me ha tomado de la mano y me está recordando el camino... me conmueve mucho, y vuelvo de nuevo a ser yo.

3 comentarios:

Unknown dijo...

Que padre el viaje con el niño interior :D

Siempre quise un oso gigante de niño. Ahora que estoy grande, podría comprármelo, pero sí. El chiste era estar pequeño y verlo enorme.

Serguei dijo...

Jajaja me hiciste recordar a mi viejo oso de peluche, que luego boté cuando me regalaron un pinguinito.

"Lo mandé al INSEN" jajaja

Maus! dijo...

Yo tenía un snoopy, que lo tuvo que lavar mi mamá por obvias razones (snoopy es/era blanco)
PERO PESABA TAAAAAAAANTO, TAAAAAAAANTO, como si lo que tuviera adentro fuera cemento, que lo tuvimos que tirar.
Y mi favorito: mi conejito, ahí sigue.