...corrimos tantos lugares y tantos riesgos, envalentonados por el único hecho de que nos acompañábamos uno al otro... en esos días cuando únicamente existía el hoy, ni más ni menos. Unidos por el mero placer de la risa, de las charlas nocturnas y de las madrugadas convertidas en días en el tianguis, de las obligadas garnachas post borrachera, de los viajes súbitos, de los cantos de carretera...
Nos descubrimos mundos que no conocíamos y conocimos personas que tal vez no debíamos. Fuimos solidarios, cómplices. Conjuramos nuestras soledades. Permanecimos. Y todavía nos extrañamos. Ahora sólo nos queda recordar a través del monitor, y aun así sigue siendo reconfortante saberte cerca, aunque en la distancia.
Por tu cumpleaños, por los que nos faltan...
Te quiero mucho, Cheko.